martes, 30 de septiembre de 2008

MARIHUANA


La marihuana es un producto vegetal obtenido a partir de la desecación de la planta del cáñamo que fumada (aunque también y en menor medida tomada como un alimento) produce unos efectos físicos y psíquicos difíciles de explicar y muy variables de una persona a otra. El producto vegetal a que nos referimos es la ginnosperma cannabis sativa, planta fanerogama de una muy amplia difusión en el mundo, usada históricamente para tres fines principales:
* Como productora de fibra, para hacer tejidos, cuerdas, zapatos, etc... Hoy en decadencia gracias a su sustitución por las fibras sintéticas, principalmente el Nilón. Los países del tercer mundo, sobre todo los asiáticos y los árabes (en China pueden crecer las plantas hasta ocho metros), han sido hasta los años sesenta grandes productores de esta planta, cuando en EE.UU. se trato de popularizar la fibra artificial, surgió una gran competencia comercial con estos países productores de fibra natural por lo que se hizo todo lo que se pudo para entorpecer el cultivo. Como alimento del ganado.
* Por la gran riqueza energética de sus semillas que se usaron molidas como pienso o simplemente en estado natural.
* Al ser una planta que requería pocos cuidados, se la utilizo ampliamente como producto agrícola.
Como
inductor psíquico. Utilizada primeramente en el continente Indio como apoyo a la meditación cósmica. Sus efectos psíquicos que favorecen la introspección (la capacidad del pensamiento para pensarse a sí mismo) fueron usados por los filósofos indues, preocupados sobre todo por la relación del individuo con el cosmos.
Por su multiplicidad de utilización, por las prohibiciones en la época moderna y por su gran expansión por todo el mundo, ha sido denominada de muchas y diferentes maneras, pero es importante saber que solo existe una especie y que hablar de dos variedades sativa e indica es un error. Se trata pues de una planta que según las condiciones de su cultivo, horas de luz, tipo de tierra, riego, toma apariencia y propiedades diferentes.
En lo relativo a sus
efectos psíquicos, fue también utilizada por los griegos, quizá exportada del continente indio junto con las demás características del pensamiento clásico que conocemos como cultura indoeuropea. Se usaba el humo de la combustión de sus semillas aspirado, en fiestas religiosas. La aparición del vino puso en decadencia su uso en los países occidentales, más preocupados por la expansión hacia el exterior que por las exploraciones del alma, para lo cual el alcohol no es precisamente una aliado.
En el
mundo árabe, la difusión del cannabis fue diferente. Existía una secta religiosa, que utilizaba no la planta sino la resina para narcotizar a los guerreros y en ese estado de atontamiento manipularlos, de tal forma que les hacían ver mediante decorados y jardines ocultos en los cuales introducían a los luchadores tras dormirlos con la droga, el paraíso de Ala, con mujeres bellas solicitas, ríos de leche y alimentos de todas clases. Ese estado de bienestar que producía la resina de la planta junto con la promesa de ir al paraíso tras la muerte, hacia de los guerreros del Alamut, llamados Assasin (asesinos), verdaderos suicidas fanáticos que pusieron en jaque a todo el mundo árabe. La tradición Sufi arabe, proclive a la meditación y al uso del pensamiento para llegar a Dios ha hecho que se conserve en estas tierras la costumbre de fumar Hachís.
La r
evolución Hippie a finales de los cincuenta y principio de los sesenta puso de moda todo lo oriental, más preocupado por el espiritualismo que por el materialismo, por lo que las herramientas para hacer más fácil este cambio de percepción comenzaron a usarse ampliamente, no sin cierto disgusto de los gobiernos occidentales que veían con preocupación como una gran cantidad de divisas además de las simpatías de los ciudadanos se iban hacia el tercer mundo, a la vez que la juventud comenzaba a cuestionarse gracias a ese pensar al modo oriental, tanto la religión como la política e incluso el modo de vida que sustentaba la preponderancia de los países desarrollados.
La famosa
convención de Viena, consiguió lo que los países occidentales no han conseguido hacer nunca; todos firmaron un acuerdo para prohibir y perseguir las drogas venidas del tercer mundo y se comprometieron a no dar individualmente ninguno de ellos un paso atrás en esta prohibición. Así queda asegurado mediante este muro medieval el dominio de nuestra cultura sobre los bárbaros.
El
acceso a la información de nuestra cultura actual, pone muy difícil a los gobiernos el control sobre los individuos. Al poder solo le queda una salida, la manipulación de la información y la creación de mitos o mentiras intencionadas a las cuales se prestan los científicos incluso para mediante la propia información disuadir a los ciudadanos del uso de su libertad individual de elección. Por otra parte, la labor policial que gracias a la manipulación informativa cada vez tiene mas impunidad en el atropello del individuo y sus instituciones ajenas al Estado.
En este momento, el consumo de los derivados del cáñamo, con fines que pudiéramos llamar de modificación del pensamiento esta tolerado, no legalizado y el trafico, cultivo y comercialización esta castigado con penas desmesuradas, más propias de la Inquisición o de las leyes Nazis. El temor que sienten los estados occidentales por el poder del individuo sobre su pensamiento es casi paranoico hasta tal punto que recuerda a una de tantas guerras fanáticas que ha sufrido la historia para introducir un concepto de la vida explicativo en una religión con un Dios concreto y un símbolo al que todos deben reverencia. El Dólar, dios indiscutible ante el que se arrodillan todos los demás dioses menores y ante cuyo símbolo todos experimentan cierto estertor, domina nuestro mundo, introduciendo la ética económica propia de este sistema.

No hay comentarios: